miércoles, 18 de enero de 2012

LA DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO.

Si algo ha caracterizado al sistema vigente, capitalista para quienes tienen dudas, ha sido precisamente su capacidad para normalizar y normar la violencia que él mismo engendra y reproduce. La división del trabajo es parte de esa violencia sistémica que privilegia el trabajo intelectual sobre el físico y que además concede valores de cambio de mayor valía al primero. Así la sociedad se divide las tareas: quien manda y quien obedece, quien piensa y quien ejecuta, quien apunta y quien dispara, quien paga y quien da el vuelto, quien habla y quien hace…
Una división sencilla pero compleja cuando se mira de cerca el entramado social vestido de jerarquías, cargos, tablas salariales escalafones, méritos miseria y guevonada.
División internacional del trabajo, división sexual, racial y étnica del trabajo, de un trabajo además explotado, alienante y enajenador. Esto no es novedoso, ya hace unos añitos (siglos para ser más exactos) el pueblo fue CAPAZ (porque resulta que somos capaces aunque no nos hallamos “capacitado”) de darse cuenta de esto y quienes tenían el tiempo y el pan para sentarse a pensar, lo hicieron, y escribieron al respecto, por lo que no pretendemos aquí redundar. Pero, resulta que en este siglo XXI siguen existiendo estas características a pesar de las mil y una mutaciones del capitalismo, y de la enfermedad que lo condena a sufrir crisis constantes, y esas características y sus vicios se permean hasta límites insondables.

LA POESÍA EX PRESA DEL CAPITAL

No sé si sabían ustedes que en el mundo de la poesía también existen dos mundos. Esto ya lo dije en una fulana revista que también se hizo parte de las jerarquías librescas. Pero volviendo al tema, esos dos mundos son básicamente el de los poetas mayores y sus elitescos espacios de premios, festivales, luces, cámara y acción; y el de los poetas menores, cuyos espacios de poder se desdibujan en las calles y en sus versos entregados a la brisa en fuga sin ton ni son. Aun pero, hay también un tercer mundo, el de los que hacen hip hop, los que declaman en décimas, coplas, los que usan cuatro o guitarra, los de la memoria de mierda, como la mía, que olvidan los versos y se ríen, los de los nervios, el hambre, el de los poetas en gesta, que no saben de talleres aunque hayan sido mecánicos u obreros, ni de gramática ni de un carajo porque están empeñados en desaprender hasta volvernos hermosamente animales. Esos que saben que no saben nada y bailan salsa y lloran a moco tendido, y no le caen a coba a sus espejos ni a nadie que no sea un imbécil, los que volaron papagayo de chiquitos, y que se cayeron a golpes, o escribieron una cata de amor y la entregaron. Esos son los casi poetas.
(…) me siento orgulloso de ser un poeta menor nojoda (…)”
En ese submundo, los invisibles y tercerizados siempre somos los mismos. Hablando de quienes escribimos POESÍA con lápiz o sin él, es difícil distinguir ¡y es que últimamente se ha vuelto un recurso muy valorado el poeta por encargo! Sino que lo digan algunos u otros panas que graban discos como quien raya una hoja y se montan en sendas tarimas en el nombre del padre del hijo y del espíritu santon, o los que se imprimen sus libros en el ministerio pal que trabajan como yo imprimo esta maldita hoja en mi máquina.
Poetas por encargo. Cantores por encargo. Militantes por encargo. Revolucionarios por el cargo. 
 
A esta gente se le hace muy fácil escribir, cantar, o bailar temas que uno no sabe si sienten. Haciendo uso de sus habilidades líricas, porque las tienen, y muchas, se entariman para hablar en el nombre de un pueblo del que nunca se hacen parte, y de un trabajo revolucionario asalariado que no llegan siquiera a efectuar… pero se adueñan de espacios interesantes y vienen los premios y las definiciones y nosotros nos quedamos en las sillas aplaudiendo y queremos que nos enseñen. Organizan festivales sin poesía ni gente, pero con cámaras, y agendan los sentimientos… y con todo eso “escriben bien”. Hoy Libia, mañana Palestina, Aniversario de Josefa Camejo, Google, buscar, biografía… Josefa, tu que… y listo. 10 poemas por minuto, 1 poema al año, cantidad, calidad, marketing, marketing, mar ke TING…

Como aquí no sabemos un carajo de literatura, ni de poesía, ni de nada, y no pretendemos saberlo, hablamos con rabia, con una arrechera indignada que tiene que ver con esa mercantilización/prostitución de la palabra… que no es lo mismo que su hermosa promiscuidad… es triste ver la Poesía convertida en meretriz de vidriera. Por ello aquí hemos decidido ser eternamente menores, más no por eso oprimidos. No aceptamos la división de ESTE ni de ningún trabajo, porque no aceptamos ningún trabajo. Para este oficio nuestro pago único es un verso perdido y encontrado en unos labios ajenos, o en la memoria de algún desconocido o de un enemigo odiado. Significa esto que seguiremos luchando porque reine la poesía menor, no por justa, si por ser menores sus ambiciones de hit, top ten, clásico, canón, trono y corona, inexistente en ambiciones de alquiler y renta, y menor en su contribución con la farsa de este espectáculo llamado sociedad. 
 
LA TARIMA Y EL ARTE. 
 
Si mal no recuerdo en los salones de clase de la UCV, USB, UCAB, etc, etc, etc… los escritorios de los profesores están en una especie de tarima de madera que los eleva por encima del mal llamado alumnado. En la ONU hay un pódium alto en el que se paran los presidentes a hablarle al mundo, el mismo en el que el presidente de los EEUU habló de hacer la guerra por la paz (fíjense que no digo cuál porque todos lo han hecho en algún momento así que el dato es estúpidamente irrelevante) En el cine la angulación de cámara de tipo contrapicado ha sido usada históricamente para lograr un efecto psicológico, situar al espectador/a por debajo del personaje. Y cuando se va a un concierto o “evento artístico” y nótese bien que digo evento, ahí también se usa esa elevación, esa tarima. En espacios cerrados con proscenio, con cortinas de terciopelo y todo, en la calle de 2 y hasta 3 metros de altura con juego de luces y sendo sonido.


Vivimos en la sociedad del espectáculo y nos hemos acostumbrado/alienado/ a mirarlo todo desde abajo o desde arriba, si nos dan cancha, (hablaba como pueblo hasta que dejo de ser pueblo… el diputado que fue mi vecino, la líder comunitaria a la que le dieron un cargo fijo, el cantor al que le financio la gira la coca cola…
Así se elevan las “artes”, las mentiras, y esas vainas y nosotros las vemos idiotas empequeñecidos y a una distancia que sin larga tampoco es corta, y consumiendo todo lo que se nos da, tal cual frente a un televisor.
Esperamos entonces que todos se menoricen hasta que seamos también en este terreno, más los menos, y vayamos ganando más terreno los locos en este mundo de locos. Quizás logremos un par de versos trascendentales y una palabra hecha acción, un hecho contundentemente revolucionario en la vida y no en el papel, una poesía necesaria para caminar, para subsistir y subvertir en este nuestro mundo.

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