En los últimos días he venido notando como la oposición, poco a poco ella sola, ha venido colocándose la soga al cuello, y esta me recordó mis tiempos de ocio, cuando en la escuela en horas de recreo, jugábamos al ahorcado. Aún faltan algunos meses para el 7 de octubre y la oposición ya tiene el muñequito dibujado, y de ahí al mecatico solo hay un pasito. Esto lo saben, los que al igual que yo fueron expertos en las duras lides del fusilao, la vieja, palito, entre otras vainas que uno solía inventar para ponerle sabor a aquellas horas de esparcimiento. Bueno, la vaina era, que si uno perdía arrancaba la hoja del cuaderno, donde plasmada quedaba la figura del muñequito ahorcado y listo... la botaba. Siempre había una nueva oportunidad y aquel ejercicio no dejaba de ser más que una actividad lúdica donde todos nos divertíamos.
Esto lo digo porque nuestros compatriotas de oposición saben, que si en la próxima pregunta se equivocan les saldrá el mecatico, "serán barridos y se arrepentirán"...(Hugo Chávez) y que no habrá una nueva oportunidad. Estos pitiyankees como que ni entienden que el Chávez de hace 10 años ya no es el mismo, como que no aprendieron la lección, que después de cada 11 vendrá un 13. Abran bien los ojos, no vaya a ser que la próxima rabo e cochino los deje claro y sin vista... ¡Ahhh y de paso ahorcados!
Jesús Sanoja
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